Casa Lercaro se encuentra en el norte de Tenerife, precisamente en La Laguna, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. La Casa Lercaro es una de las sedes del Museo de Historia y Antropología (MHA).
Este palacio de más de cuatro siglos, del siglo XVI.
En el mes de diciembre de 1993 se inaugura en la Casa Lercaro el Museo de Historia de Tenerife. Este proyecto expositivo nace con la vocación de desarrollar una labor de divulgación del devenir histórico de la isla de Tenerife, ofreciendo una visión general del desarrollo institucional, social, económico y cultural de la Isla entre los siglos XV y XX.
En los tablones de anuncios y en las paredes del Museo de Historia hay hallazgos arqueológicos, obras de arte y objetos pertenecientes a diferentes períodos históricos de Canarias. Explorando sus patios descubrirá muchas curiosidades, como los cuidadosamente restaurados carros 18 y 19, o una lápida utilizada como escalón o los pozos que suministran agua a todo el edificio. Además, la leyenda cuenta que el fantasma más famoso de Canarias está alrededor de esta casa, son muchas las personas que ven periódicamente el espectro de una joven nada.
La ciudad de La Laguna se ha caracterizado, desde sus orígenes, por sus historias y leyendas algunas de ellas relacionadas con el campo de lo esotérico-, pero nunca por una aparición de fantasmas.
Los orígenes de esta historia están relacionados con la antigua casa de la familia Lercaro, en este inmueble vivió Catalina, que algunos suponen que fue hija de Antonio Lercaro y a la que obligaron a contraer matrimonio con un hombre de avanzada edad, por lo que la joven decidió quitarse la vida arrojándose el mismo día de su boda a un pozo de la parte trasera de la vivienda, el cual se encuentra en la actualidad tapiado.
La leyenda apunta a que el cuerpo de Catalina está enterrado en una de las estancias de la casa, debido a que, al haberse suicidado, la Iglesia se opuso a que recibiera cristiana sepultura en un cementerio.
