El volcán siempre ha jugado un papel importante en la vida de la isla, sobre todo para los guanches, los habitantes originarios de las Islas Canarias. Los guanches llamaron al Teide «Echeyde», que significa «Casa de Guayota”.
Guayota es una deidad Guanci de los habitantes de la isla de Tenerife.
El nombre Teide se deriva de la palabra Echeyde que significa infierno, de hecho los Guanches, la población antigua de la isla ubicada en esta montaña la otra vida. Según sus creencias aquí vivió Guayota, el demonio malvado.
Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec, el dios de la luz y el sol, y lo llevó con él a la montaña.
Los guanches pidieron la clemencia de Achamán, el Dios Supremo, que logró sustraer a Magec de Guayota y cubrir la entrada al volcán con el Pan de Azúcar, el último cono que corona el Teide, dejando al diablo adentro.
Parece que el nacimiento de esta leyenda coincide con la última gran erupción del Teide, que tuvo lugar en 1798.
El Teide es uno de los volcanes activos de la tierra, esto también se puede notar por la presencia de «fumarolas», el escape de gases sulfúricos causados por el contacto del agua con rocas calientes.